domingo, 14 de enero de 2018

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“MI ÚLTIMA LÁGRIMA”

POV WOOHYUN

Abrí de poco mis ojos, sintiendo como todo mi cuerpo dolía. Aquella luz cegándome los ojos, era muy brillantes ¿estaba muerto?  Eso esperaba, ya no quería estar más en este mundo que era un infierno, quería mover mi mano, sintiendo unos cables, abrí mas mis ojos para mirar alrededor, la habitación blanca.
La televisión sonando al fondo, ladee mi rostro para mírala, deje salir un bufido al ver que aún seguía vivo.
     Joven Nam, me alegro que despertara — dijo aquella chica, realizando una reverencia—

     ¿Por qué regresaste? Mis padres te han dado el día libre ¿Por qué has regresado? — levante un poco la voz, viendo cómo se encogía en su asiento—
     Lo siento, solo que sabía que estaría solo, así que regrese para ayudarle a preparar las comidas—
Miré como agachaba su rostro, negué repetidas veces, no me gustaba que lo hiciera por lástima, porque así todos me veían en aquella casa, los únicos que me trataban igual eran aquellos guardaespaldas que me trataban como basura.
     ¿Le has dicho a mis padres? — pregunte preocupado, dándome cuenta que estaba en el hospital—
Miré como negaba, diciendo que tenía un conocido y me había traído en aquel hospital, y sabia la clase de padres que tenía, le agradecido por aquello, me levante de la camisa para ver cómo me detenía.
     Aun no puedes irte—
     Tengo que irme antes de que mis padres regresen—
Miré como suspira y mordía su labio, la Miré confundido.
     Ellos regresaron, pero se volvieron a ir ayer, les comente que te habías ido a clases —
     Gracias — dije sin mirarle—
     Como también he mandado  un mensaje por parte de tu madre que no ibas asistir toda la semana —
     ¿Toda la semana?—
     Joven Nam, ha estado durmiendo por una semana, perdió mucha sangre —
Me quede callado por aquello, contándome que si llegaba tarde yo hubiera muerto, y eso es lo que deseaba, ya morirme para no seguir soportando cada humillación y golpe. Y le confesé aquello, necesitaba gritarlo, decirle que ya no quería estar en este mundo.
Ella me miro con lastima, lo que más odiaba, gritándole que se largara y que me dejara solo, tenía que salir de aquí, Miré mi ropa reposar en uno de los muebles que no dude en tomarlas y cambiarme. Tratando de salir desapercibido, Miré por el pasillo que se encontraba solo.
Logrando salir del hospital tome un taxi, indicándole que me llevaba hasta mi casa, solo esperaba que mis padres nunca se enteraran que había faltado a clases. Para cuando llegue a mi casa, le pague al taxista, sintiendo un poco adolorido, la venda apretaba mi abdomen, de seguro se había dado cuenta de las costillas rota y los golpes que a diario recibía.
Me encamine hasta mi habitación, dejándome caer en mi cama, esperando que mañana fuera diferente. Y lo fue, ahí me esperaban aquellos chicos, con una sonrisa burlona, trate de pasar por un lado pero me tomaron de la mochila.
     Por qué el niño fenómeno falto a clases —
No conteste, no podía decirles que trate de suicidarme, más motivos les daría para reírse, sentí como me tomaban del cabello.
     Hoy te toca un baño —
Susurro uno cerca de mi oído, estremeciéndome por aquel comentario, me tomaron de los brazos para llevar directo al baño, ¿Qué podía hacer? Solo los seguí en silencio dejando que me hiciera aquello, escuchando sus risas cuando me dejaron empapado de agua por el baño.
Suspire cansado, me incorpore para mirarme en el espejo e irme a cambiarme, tenía que apresurarme y llegar a clases, obteniendo las miradas de todos mis compañeros, el profesor negando repetidas veces pero alegrando que regresara.
Esperando que me encontrara mejor, le dedique un asentimiento de cabeza para acomodarme en mi asiento, mirando aquellas marcas en mi mesa.
“Fenómeno” “Muérete” “gente como tú no debería existir” “solo eres un estorbo para tu familia” “eres una porquería de persona”
No resistí más y oculte mí rostro en mis brazos, ignorando por completo todo lo que el profesor estaba diciendo, sintiendo que si lloraba ellos se reirían de mí, quedándome dormido, para ser despertado por el conserje.
Había pasado todas las clases durmiendo, preguntando que si me encontraba bien, mirando mi silla y negar molesto.
     Estos mocosos—
Tomo mi asiento para llevárselo, suspire para tomar mis cosas e irme de ahí, alegrándome que ellos ya no estaban, me encamine en silencio, recordando cada una de aquellas palabras, y tenían razón, era una porquería mi persona.
Me encamine hasta un súper para comprarme algo de comida, viendo a la chica que me dedicaba una sonrisa.
     ¿será todo? — asentí sin despegar mis ojos de ella— ¿acaso no sonríes? — pregunto confundida—
¿Sonreír? Deje de hacerlo cuando mi abuela vivía, no tenía emociones, a nadie le importaba como me sentía, le pague sin decir nada para irme hasta mi casa. Mirando el carro de mis padres habían vuelto, me adentre a la casa para mirarles en la sala, disfrutando una película.
Mi madre mirando la televisión, mientras que mi padre revisaba el periódico, sus ojos se encontró con los míos para ignorarme, me encamine hasta la cocina para prepararme algo de comer, viendo aquella chica que me ofrecía un plato.
No dije nada para comer, dejándome un bote de pastillas con una nota.
“Debes tomarlas cada ocho horas, es para desinflamar las costillas”
Miré como tomaba aquel cesto de roba y se iba, aguarde el bote de pastilla cuando mi madre entro a la cocina.
     Necesito que te vayas de la casa este fin, por lo menos 5 horas —
Asentí sin replicar, susurrando que daría una fiesta para mi padre, por motivo de llamar la atención, como a ellos les gustaba, tome mi plato para llevarlo al fregadero y limpiarlo. Ahora tenía que ver en donde quedarme, sus fiestas terminaban siempre a tales horas de la madrugada.
Quedándome dormido en una banca de un parque, un árbol para evitar cualquier peligro, podría rentar un pequeño cuarto, me daban dinero sin importarles en que me lo gastaba. Suspire para irme a mi cuarto, me senté en la orilla de la cama, para mirar aquella caja, ¿aun estaría la navaja?
Negué repetidas veces, para acostarme y taparme por completo, no servía en cortarme alguien me encontraría y le diría de nuevo a mis padres.  Sentí como de poco a poco mi cuerpo comenzaba a relajarse.
Solo esperaba que mañana ellos no fuera….
~*~
Corrí por todas las calles concurridas, ¿acaso esperaban que saliera de casa? Sentí como mi cuerpo comenzaba a cansarse, escuchaba sus risas, la gente mirando y haciéndose a un lado, terminando por tirar a un chico, que solo me disculpe y seguí corriendo.
No podía detenerme, ellos volverían a lastimarme, sintiendo como mi cuerpo pegaba a una pared.
     Ibas a un lado fenómeno —
Miré su sonrisa burlesca, sentí mis ojos llorosos, para negar y verlo suplicante.
     Por favor, déjame ir — Miré como reía—
     No puedo — acaricio mi mejilla, sintiendo como mi cuerpo se estremecía— sabes eres lindo—
Sonrió, aquella sonrisa que no me gustaba, sus ojos viajaron por todo mi cuerpo, para ver cómo me soltaba y los otros llegaban.
     Bien hecho Baekho — comento uno agitado—
Recibiendo de pronto un golpe en mi mejilla, cayendo con aquel golpe, sintiendo una patada en mi pierna, sus risas causando un dolor de cabeza, sintiendo que pronto a pronto mi cuerpo comenzaba a doler.
     ¡Ey ustedes! — escuche—
     Vamos la policía—
Miré como se iban corriendo, escuchando una advertencia “no más comentas algo” dijo uno de ellos, trate de levantarme, para evitar el policía.
     Espera —
No hice caso y solo me fui de ahí,  no iba a poder ir a clases, como tampoco podía volver a mi casa de nuevo, como pude llegar aquel pequeño parque que se encontraba por mi casa, esperaría que se hiciera la hora.
Escupí un poco de sangre, mi labio de nuevo se había partido, ¿acaso no se cansa de molestar a la misma persona? Limpie mis mejillas, no merecía ni llorar por mi patética vida. Mis ojos se pasearon por todo el parque, mirando a esos niños que sonreían sin ninguna preocupación.
Sus padres jugando con ellos, ¿Cómo hubiera sido mi vida si ellos me amaran? ¿Cómo sería sentir el cariño de mi madre? Muchas preguntas y todos con una misma respuesta,  Miré aquella señora dándole un beso en la rodilla a esa niña que lloraba por haberse caído.
¿Ella también lo haría?
Sonreí de alado sintiendo mi pecho estrujarse, ella me hubiera pegado, gritándome lo idiota que era,  Miré a un padre jugar con su hijo con la pelota, él jamás lo había hecho, en cambio jugaba a cansarse y pegarme por toda las cosas que hacia mal.
Para ellos todo lo que hacía estaba mal, nada podía hacer porque se desquitaban a golpes, cerré mis ojos por un momento, tratando aunque sea imaginarme mi vida como aquellos niños, donde mi padre  estaba jugando conmigo a la pelota y mi madre me besaba la mejilla por saber golpear la pelota.
Pero todo eso pasaba cuando los punzantes dolores aparecían de repente, convirtiéndose en negro aquel día soleado y ver aquellos padres amorosos convertirse en unos abusadores.
Abrí mis ojos para mirar como de poco el tiempo pasaba, decido en volver y esperar que mi padre no estuviera, había escuchado que iba a tener mucho trabajo,  pero lo estaba, se encontraba hablando con uno de sus compañeros.
     ¿él es tu hijo? — pregunto sonriente—
     No, el solo es el hijo de la sirvienta—
Hice una reverencia para seguir mi camino, quedándome en el patio hasta que aquel tipo se fuera, para cuando llego la hora mi padre avisándome lo mismo que mi madre que no me querían ver por la casa.
Ahora solo tenía que ver si rentaba un cuarto solo por una noche.
~*~
Aquel día que tanto esperaban mis padres habían llegado,  tome mi mochila para irme a buscar donde quedarme a dormir, llegue aquel parque para comprarme algo de comer, mirando a las parejas que se encontraban en aquel parque.
Deseando a alguien que me amara de aquella manera, pero sabía que nunca lo conocería, jamás iba a conocer alguien que me quisiera con aquel problema. Suspire con tristeza, para mirar como aquel grupo de chicos venían con aquellas chicas.
No dude en tomar mis cosas e irme de ahí, no quería problemas, no quería que me siguiera.
     Mira ahí va el fenómeno—
No dude en correr, para ver cómo me seguían, sobre todo Baekho, había visto aquella sonrisa, aquellas palabras que me había dado, por estar distraído en mis pensamientos que no me había fijado que había caído  por culpa de un señor.
Que me grito, los chicos me tomaron de la ropa para no huir.
     Déjeme por favor — suplique para mirar como reían—
     No creo que eso pase — comento Baekho— sabes quiero un poco de diversión — comento, sonriendo con burla—
Mi cuerpo se estremeció cuando sentí su brazos rodear mi cintura, llevándome a la fuerza aquel callejón oscuro, trataba de liberarme, pero era más fuerte que yo, mi corazón se detuvo cuando comento a sus amigos que cuidaran, sentía que mis ojos comenzaban a dolores por el llanto que avecinaba a salir.
Me arrojó contra unos botes de basura, la luna dando un poco de luz en aquel callejón, mirando su rostro divertido y lleno de deseo.
     Es una lástima que tu primera vez sea aquí —
Comento con burla, Miré como bajaba aquel cierre de su pantalón, para mirar cómo se me echaba de encima, patalee para que me dejara, mis brazos intentaba golpearlo, pero solo había recibido un golpe y los había tomado con fuerza.
Sus labios se hicieron en mi cuello, sintiendo como dejaba escapar un sollozo,  sus manos viajaron a bajarme aquel pantalón que llevaba puesto.
     Por favor no  lo hagas — suplique llorando—
Lo único que recibía como respuesta era una risa de su parte, su mano tomo mi miembro para comenzar a masturbarlo, mis manos viajando a sus mansos para detenerle.
     ¡Ayúdenme! —grite con fuerza, sintiendo como se ahogaba con mi llanto—
     ¡CALLATE! —
Grito dándome un golpe, deje que mis lágrimas empaparan mis ojos, sintiendo como abría mis piernas, ¿Qué caso tenia intentar liberarme? Ya lo estaba haciendo, grite de dolor al sentir como su miembro se introducía con  fuerza, sintiendo ardor y dolor a la vez.
     Estas tan estrecho — susurro cerca de mi oído—

     Sácalo me duele — suplique con llanto—
Rio con fuerza para tomarme del cabello y ver sus ojos llena de burla, susurrándome que desde ahora me convertiría en su putita, que solo era un fenómeno que no debería de haber nacido, y no sé si iba a resistir más en escucharlas.
Me envistió con fuerza, cada estocada era un dolor, sentía que poco a poco me destruía por dentro, quería que parara, quería que no me tocara, quería pensar que todo esto era un sueño, un sueño que al despertar tendría otra vida, pero aquel dolor y grito que deje escapar de mis labios me habían sacado a la realidad.
Mis ojos dieron con los de él una vez que se había venido en mí, riéndose por lo fácil que había  resultado, Miré como arreglaba sus ropas para dejarme ahí. Abrace mi cuerpo, me había violado, oculte mi rostro en mis piernas, no iba a poder seguir viviendo de aquella manera.
Tome mis prendas con cuidado, sintiendo como algo escurría por mi cuerpo,  como pude me coloque mi ropa, me sostuve en la pared para salir de aquel callejón, ignore toda la gente que solo me miraban pasar, para mirar aquel edificio a lo lejos.
¿Sería lo correcto?
Me encamine hacia aquel edificio, tomando las escaleras, cada paso que daba, venían los momentos con la abuela, los momentos y únicos felices que había pasado en aquella edad, para sentir como seguía llorando al recordar el primer golpe que mi padre me había dado  después de que la abuela  se había ido de mi vida.
La primera vez que aquellos chicos comenzaron los golpes, las humillaciones, cuando toda la escuela se enteró de aquel problema, que para mi abuelo no lo era, pero para mí sí. Sentí el golpe de aire, mirando las luces de la ciudad, me encamine hasta el borde de aquel edificio, para subirme con cuidado y mirar lo alto que estaba.
Recordando cuando mi padre me había gritado lo patético que era, las veces que me había rechazado un abrazo, las veces que me gritaba el fenómeno que era y las veces que deseaba que estuviera muerto.
Cerré mis ojos sintiendo la brisa del viento, me estaba recibiendo, era momento ya de irme, no quería seguir aquí, iba a dar un paso cuando escuche aquella voz.
     ¡No lo hagas!— gritaron, Miré sobre mi hombro para mirarlo —
Volvió a decirlo, mirando aquellos pequeños ojos que me miraban preocupado, sonreí de alado sintiendo como resbalaba una lágrima.

¿Sera mi última lagrima…?


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